Existen contadas ocasiones en las que una película conecta completamente con tu forma de ser, de pensar, películas que brillan por sí mismas entre la marea de producciones que inundan nuestras salas de cine y televisiones, un brillo equiparable al de una pepita de oro entre la arena para quien se dedica al bateo de oro. Encontrar esa perla escondida, esa aguja en el pajar formado por películas mediocres, comerciales y guiones sin sentido, hace que merezca la pena tan afanada búsqueda. Por eso, al encontrar esa
rara avis, gente como yo siente la necesidad de comunicarse con sus allegados para recomendar esa película, por si por algún casual es capaz de transmitir esas mismas sensaciones de manera similar al resto de congéneres. Ahí es donde entra en acción este magnífico blog que me permite divulgar mi palabra para hablaros de
Captain Fantastic, que sea una recomendación errónea o acertada dependerá del tipo de persona que la vea, pero a mí personalmente me encantó.